La gran mayoría de la gente, asocia la toxina botulínica, conocida como bótox, a los tratamientos estéticos, pero lo cierto es que hay otros usos de la toxina botulínica menos conocidos.
En efecto, la toxina botulínica se emplea a diario en la medicina estética para tratar las arrugas del tercio superior del rostro. En este caso, el tratamiento con este producto tiene como finalidad bloquear los impulsos nerviosos, inhibiendo la contracción muscular y, por ende, disminuyendo las arrugas y líneas de expresión de la frente, entrecejo y patas de gallo, suavizando en definitiva la expresión del rostro. También permite prevenir la formación de las mismas si es empleada antes de su aparición.
Como os decía, este es su uso más conocido, pero esta sustancia se utiliza frecuentemente en la medicina desde hace más de 20 años, en diferentes especialidades como neurología, urología, oftalmología, dermatología, cirugía maxilofacial y medicina del dolor.
Otros usos de la toxina botulínica
En lo que respecta a la Cirugía Maxilofacial y la Medicina Estética, se puede emplear para tratar las siguientes condiciones:
Bruxismo
Como ya os explicaba en este otro post, el bruxismo es una actividad muscular masticatoria repetitiva que se caracteriza por apretar o rechinar los dientes y/o por apretar o empujar la mandíbula.
Se trata de una patología generalmente relacionada con cuadros de estrés y ansiedad, que distingue dos tipos de manifestaciones, dependiendo del momento en el que se presentan los síntomas: bruxismo diurno y el bruxismo del sueño o nocturno.
En ambos casos, esa fuerza constante provocada al apretar y/o rechinar los dientes, genera una sobrecarga y un esfuerzo extra en los músculos de la masticación (temporales, maseteros y pterigoideos), ocasionando una contractura y aumento en el tono muscular que se manifiesta a través de diversas dolencias: puede provocar dolores de cabeza, dolor alrededor de la mandíbula en la articulación temporomandibular y dolor irradiado a los oídos.
En ocasiones, la enfermedad también provoca un ensanchamiento de la cara por la Hipertrofia de los Músculos Maseteros (algunos pacientes sienten que su cara se ve más cuadrada) y en casos extremos puede provocar desgaste o fractura de piezas dentales e incluso dificultad para abrir la boca.
El tratamiento con bótox consiste en la infiltración de dicha sustancia en los puntos dolorosos, relajando así la musculatura contraída de manera crónica y controlando la sintomatología. En los casos donde se aprecia Hipertrofia de los Maseteros, el tratamiento provoca el relajamiento y atrofia de la musculatura agrandada, confiriendo a la cara un aspecto adelgazado y fino.
Sonrisa Gingival
Esta patología consiste en una deformidad que se caracteriza por enseñar en exceso la encía superior al sonreír.
En el punto de sonrisa máxima, se apreciará la exposición de cierta cantidad de encía a lo largo de toda la arcada dental superior, que cuando sobrepasa los límites normales establecidos, se denomina sonrisa gingival. Estos valores normales de exposición de encía son hasta 2-3 mm en el sector anterior y hasta 2 mm en el sector posterior, a nivel de las muelas.
Esta deformidad se genera por diferentes motivos: tener los dientes demasiado pequeños; exceso de encías; aumento de la fuerza de los músculos elevadores del labio superior; o bien un crecimiento excesivo del maxilar superior.
El objetivo del tratamiento es identificar y corregir los diferentes factores que determinan la estética de la sonrisa de cada persona, para devolver al paciente la alegría de sonreír con naturalidad y sin complejos.
Cuando coexisten un aumento en la altura del hueso del maxilar junto con un aumento en la fuerza de los músculos que elevan el labio superior y el paciente no quiere realizarse una cirugía, las fuerzas de los músculos que traccionan del labio hacia arriba se pueden regular combinando la infiltración de toxina botulínica y de ácido hialurónico en unos puntos específicos, disminuyendo su actividad y modulando su contracción, limitando así su elevación y la exposición excesiva de encía.
Hiperhidrosis Axilar y palmo-plantar (exceso de sudoración)
La hiperhidrosis axilar o sudoración axilar excesiva se trata con infiltración local de toxina botulínica consiguiendo una mejoría significativa que tendrá una duración aproximada de entre 4 a 6 meses.
Parálisis facial y asimetrías faciales
La parálisis facial consiste en la pérdida total o parcial de movimiento muscular voluntario, que suele afectar a un lado de la cara.
Se produce por un fallo en el nervio facial, que no lleva las órdenes nerviosas a los principales músculos de la cara, provocando un desbalance en la contracción de los músculos faciales, que deriva en asimetrías en las expresiones del rostro evidentes a la vista, que en muchos casos tendrán un impacto psicológico importante en los pacientes.
Para aquellos casos que descarten someterse a una cirugía, es posible mejorar y regular las fuerzas de contracción de los grupos musculares con toxina botulínica, permitiendo así obtener una expresión facial en reposo y en movimiento, más simétrica y armónica.
¿ Conocías estos otros usos de la Toxina Botulínica? Espero haberte ayudado con este post y por supuesto, me tienes a tu disposición para aclarar tus dudas u ocuparme de conseguir la mejor versión de tu rostro.