En este artículo te explico de forma sencilla en qué se diferencian el ácido hialurónico reticulado del no reticulado, cuándo se utiliza cada uno y cómo saber cuál es el más adecuado para ti.
Ácido Hialurónico reticulado y no reticulado
Cuando hablamos de ácido hialurónico en medicina estética, es común pensar que se trata de un único tipo de producto. Sin embargo, dentro de esta misma sustancia existen diferentes formulaciones con propiedades distintas, y entenderlas es clave para obtener un resultado seguro, eficaz y adaptado a lo que tu rostro necesita.
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es si el ácido hialurónico es reticulado o no reticulado. Esta diferencia, aunque puede parecer técnica, tiene implicaciones directas en el tipo de tratamiento, la zona a tratar y el resultado final.
¿Qué significa que un ácido hialurónico sea reticulado?
El ácido hialurónico reticulado es una forma más densa y estructurada de esta sustancia. Su textura se debe a que las moléculas han sido unidas entre sí mediante un proceso químico llamado reticulación, que le da mayor cohesión y durabilidad.
Gracias a esta estructura, el ácido hialurónico reticulado:
- Permanece más tiempo en el tejido
- Aporta volumen y soporte
- Se mantiene en la zona tratada sin migrar
De igual manera, dentro de este tipo de ácido hialurónico, podemos encontrar diferentes grados de reticulación, ya que la proyección de los pómulos o del mentón, requiere de un producto diferente al que empleamos cuando rellenamos una ojera o aportamos un volumen sutil a los labios.
¿Y el ácido hialurónico no reticulado?
El ácido hialurónico no reticulado, en cambio, tiene una textura mucho más fluida y ligera. No está estructurado para aportar volumen, sino que su función principal es hidratar y mejorar la calidad de la piel.
Al ser más suave y dispersarse con facilidad, se utiliza en tratamientos como:
- Hidratación profunda de labios y rostro
- Redensificación cutánea
- Mejora del tono y la elasticidad de la piel
- Mesoterapia facial
Aunque sus efectos son más sutiles y menos duraderos, el ácido no reticulado tiene un papel fundamental en el cuidado preventivo y en el mantenimiento de una piel sana, luminosa y elástica.
¿Cuál es mejor para mí?
No se trata de cuál es mejor en términos absolutos, sino de cuál se adapta a lo que necesita tu rostro en este momento.
En mi consulta, antes de aplicar cualquier tratamiento con ácido hialurónico, realizo una valoración facial completa en la que tengo en cuenta:
- Tu edad y características de la piel
- Las zonas que deseas tratar
- El efecto que buscas (volumen, hidratación, definición, prevención…)
- Tu expresividad y simetría facial
A partir de ahí, podemos elegir:
✔ Ácido hialurónico reticulado – Si necesitas aportar soporte, estructura o reponer volumen y definir contornos.
✔ Ácido hialurónico no reticulado – i lo que buscas es hidratar profundamente, mejorar la textura de la piel, tratar líneas finas o prevenir el envejecimiento de forma progresiva y natural.
En muchos casos, la combinación de ambos tipos en un mismo plan de tratamiento es lo que consigue un resultado integral y armónico, trabajando a diferentes niveles del rostro.
¿Se pueden combinar en una misma sesión?
Sí, y de hecho es una práctica habitual cuando buscamos un rejuvenecimiento global del rostro. Por ejemplo, podríamos utilizar ácido reticulado en los pómulos para restaurar volumen perdido, y no reticulado en mejillas o cuello para hidratar y mejorar la calidad de la piel.
Esta combinación permite actuar de forma precisa según las necesidades de cada zona, logrando un resultado natural, duradero y completamente personalizado.
Preguntas frecuentes
¿El ácido hialurónico reticulado dura más que el no reticulado?
Sí. El ácido reticulado puede durar entre 9 y 18 meses, mientras que el no reticulado suele tener efectos más cortos, de 2 a 6 meses, dependiendo de la zona y del metabolismo.
¿El no reticulado también se usa con agujas?
Sí, pero su aplicación es más superficial y, en algunos casos, puede realizarse también con microcánulas o incluso mediante dispositivos de mesoterapia.
¿Es posible empezar con no reticulado como tratamiento preventivo?
Por supuesto. Es ideal para pieles jóvenes que desean mantener hidratación y elasticidad, o como complemento en protocolos de prevención del envejecimiento.
¿Puedo pasar de uno a otro en tratamientos futuros?
Sí. La elección puede adaptarse a la evolución de tu piel y a lo que busques en cada etapa. No hay una única fórmula, sino un tratamiento flexible a medida.
¿Ambos tipos son igual de seguros?
Sí. Siempre que se utilicen productos de calidad y estén aplicados por un profesional con experiencia, tanto el ácido hialurónico reticulado como el no reticulado son tratamientos seguros y eficaces.
El tipo de ácido importa… y mucho
Entender la diferencia entre ácido hialurónico reticulado y no reticulado es clave para lograr un tratamiento eficaz y natural. No todos los rostros necesitan lo mismo, y no todas las zonas responden igual. Elegir el producto adecuado es una parte esencial del proceso, tan importante como la técnica o la experiencia del profesional que lo aplica.
Si tienes dudas sobre qué tipo de tratamiento es el ideal para ti, estaré encantada de ayudarte a valorarlo en consulta.
👉 Pide tu cita y descubramos juntas la mejor forma de cuidar y realzar tu rostro, con el tipo de ácido hialurónico que realmente necesitas.
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